El líder integral reconoce que para poder desarrollarse e impactar en la vida de los demás de manera positiva y transformacional, la plataforma ideal de su modelo de gestión debe estar cimentada en la humildad, articulando sus planes y su hacer desde la disciplina, mostrando y practicando un compromiso genuino e inquebrantable que lo lleva a la coherencia en su mundo.

¿Puedes pensar en un líder que muestra la humildad, el compromiso y la disciplina, tal como lo describe este pilar, así como la coherencia en su accionar?  ¿Ha sido este líder de influencia positiva para ti? ¿Qué impacto crees o conoces que ha generado ese líder en otras personas a través de su gestión?

Un ejemplo orgánico y muy cercano que tengo de este liderazgo es mi madre, quien fue una mujer que modeló esas características, siendo ella una gran maestra para mí, ya que, desde su humildad, se manejaba con mucha seguridad y altura, sin embargo, no hacia alardes de sus virtudes, mas bien destacaba las de los demás constantemente. Una mujer comprometida consigo misma, arraigada a sus valores y principios, entregada a su familia; su sí era sí y su no, era no, aunque por momentos le costara sacrificios. 

La disciplina era una virtud destacada, pues de manera natural y con firmeza ella se mantenía fiel a su esquema y modelo de gestión, una mujer de comunicación asertiva, puntual, exigente de que hiciéramos las cosas bien hechas en todo momento; disciplina para que lográramos aquellas metas que nos proponíamos y disciplina para superarnos a nosotros mismos a diario.  Verdaderamente, un ejemplo potente de un ser humano coherente en todas las áreas de su vida.  Eso le permitió ser una mujer de influencia, respeto, conexión con los demás e inspiración para las personas que le conocían.

El otro día hablaba sobre la confusión que existe con la palabra humildad, la cual no tiene nada que ver con carencia de cosas materiales.  La humildad es más bien, el autoconocimiento de nuestras limitaciones, así como el no ser ostentosos de los dones y talentos que poseemos, y tampoco de los logros y bienes materiales que hemos podido cosechar.  El líder humilde practica la escucha activa, valora las opiniones de los demás y toma en cuenta recomendaciones para su buen hacer.  Sabe y reconoce que no lo sabe todo, y es por lo cual se hace rodear de personas talentosas que puedan sumarle valor y viceversa.

En el mundo hoy escasea la humildad, la disciplina y el compromiso, ya que se han perdido valores y principios que son la base para poder cultivar esas virtudes.  La disciplina nos habilita para ser fieles a nuestros sueños y metas, así como en nuestro buen hacer y el cumplimiento de metas.  De igual manera, el líder comprometido no tira la toalla ante el primer reto o dificultad, tampoco se devuelve a mitad de camino, sino que persiste y ejecuta de acuerdo con ese compromiso que ha asumido ante sí mismo y los demás.

El tema de la coherencia va de la mano con esas características de la humildad, el compromiso y la disciplina, pues hacemos uso de ellas para mantenernos congruentes en todos los escenarios y ante cualquier persona.  La coherencia de ser, hacer y parecer nos brinda frutos maravillosos, como son la autenticidad y el fluir con libertad.  El líder coherente no necesita hacer uso de máscaras y posturas para “encajar”, sino mas bien que se muestra tal cual es generando una poderosa conexión con los demás.

En lo personal, trabajo cada día para cultivar la coherencia, hacer uso de la disciplina, y el compromiso desde la base de la humildad.  ¡Me apasiona el resultado final positivo y de valor en todo lo que hago!, trato de mantenerme con los pies en la tierra y la mirada hacia arriba, buscando siempre conexión con mi ser y demostrar un buen ejemplo a todas las personas que me rodean.

El líder integral conoce su propósito, sabe quién es, está conectado con sus dones y talentos, se inspira e inspira.  En todo su accionar, a pesar de los retos y los cambios, se mantiene enérgico y con una pasión por aquello que cree. Reconoce sus habilidades y se hace acompañar de gente talentosa, a quienes valora y cuida, complementándose para el logro de las metas y la apuesta al crecimiento constante, con la mira puesta siempre en la excelencia, desde la coherencia y la humildad.

Te invito a que reflexiones sobre estas características, y que decidas cultivarlas conscientemente o con mayor consistencia. Pregúntate, ¿qué dirían de mi en virtud de ellas mi familia, colegas, socios y amistades? ¿Cómo puedo generar un mayor nivel de influencia haciendo uso intencional de ellas? 

Recuerda que para que el mundo cambie primero tienes que cambiar tú. Así que, si decides impulsar tu liderazgo empleando el principio de la coherencia, déjame saber en los comentarios cómo ha impactado esta decisión tu vida y la de los que te rodean.